La salsa hoisin (pronunciada «hoi-sien») proviene de la cocina cantonesa, una de las cocinas regionales más importantes de China. Se elabora con soja fermentada, vinagre de arroz, ajo, aceite de sésamo, azúcar y especias como anís estrellado y canela.
El nombre significa literalmente «salsa de marisco» en cantonés. Pero el hoisin no contiene ningún marisco. Antiguamente, el hoisin se servía a menudo con pescado, pero hoy en día se utiliza principalmente con pato asado, pollo o panceta. Cada vez es más habitual como salsa vegetal para saltear o mojar.
La salsa hoisin es una salsa espesa y dulce con un profundo sabor umami. Es similar a la salsa barbacoa china, pero sin tomate y, por lo general, más dulce y con un sabor más intenso. Las semillas de soja fermentadas le dan ese rico y sabroso toque.
En Asia, la salsa hoisin se utiliza de muchas maneras: como salsa para saltear, marinada, salsa para mojar o glaseado.
El hoisin combina bien con la salsa de soja, el aceite de sésamo o el aceite de chile para hacer su propia salsa para mojar o mezcla para saltear. Su versatilidad se aprecia especialmente en los guisos, los bao buns o los platos de fideos.
Es bastante difícil encontrar una salsa hoisin con etiqueta limpia. Por lo general, la salsa hoisin que se encuentra en las tiendas asiáticas o en los supermercados contiene muchos potenciadores del sabor y aditivos. ¿También le importa lo que hay en su comida? Hemos elaborado nuestra salsa hoisin para wok de la forma más pura posible, sin aditivos innecesarios. Vegetal y sin gluten. Y eso no le resta nada al sabor. Al contrario, está riquísima y combina muy bien con carne, fuentes de proteínas vegetales, verduras y fideos. Una salsa para todos los gustos.
No, la salsa hoisin no es picante. Su sabor es principalmente dulce y salado. ¿Le gusta el picante? Añada chile, sambal o sriracha para darle un toque picante.
Se puede hacer hoisin casero, pero se necesitan muchos ingredientes: soja fermentada o tamari de buena calidad, vinagre de arroz, mirin, ajo, azúcar, salsa de soja, especias… Eso lleva tiempo, compras y dinero. Tener en casa una salsa hoisin «limpia» y lista para usar no es ningún lujo. Desarrollada para su comodidad. Y así se asegura de que el sabor es 100 % auténtico.